A menudo es muy recurrente la idea de que la tecnología ha cambiado nuestras vidas siempre a mejor y de que no existe una época mejor en la que vivir que el siglo en el que nos ha tocado vivir. Recientemente tuve la oportunidad de leer un artículo del diario Expansión titulado: Así nos ha cambiado la vida la tecnología en el que básicamente se hace incapié en la brecha tecnológica que se ha abierto entre los países desarrollados (en donde la penetración de Internet ha crecido especialmente en el uso de telefonía móvil), los países emergentes y los países menos desarrollados en donde la implantación todavía es minoritaria.

Con ello quiero decir que debemos tener en cuenta la perspectiva con la que miramos los cambios que se han producido en los últimos tiempos y en especial a quienes llegan y a quien no llegan estos cambios. Existe, sin duda alguna, una brecha digital entre sociedades y países que no ha hecho más que crear más desigualdad entre las naciones más ricas y con acceso a todo tipo de comodidades (agua corriente, electricidad o alimentos) y aquellas que no lo tienen.

A todo esto se le añade ahora la brecha adicional del desarrollo tecnológico desigual entre Estados y la diferencia que existe entre los que tienen más y los que tienen menos. Sin embargo, para aquellos pocos afortunados que disponemos de la ventaja de estar inmersos en esta nueva era de la tecnología, es innegable de que estamos gozando de una serie de ventajas nada despreciables: por ejemplo, a nadie se le ocurriría hoy en día prescindir de su lavadora, lavavajillas o robot aspirador, ni qué decir tiene ya, de su propio teléfono móvil, un verdadero mini ordenador personal. Otra faceta que nos ha cambiado y que ahora también hacemos de otra forma son las compras online, en este momento, titanes del sector logístico y del e-commerce como Amazon, Alibaba o Ebay copan el mercado del comercio electrónico que ha provocado que no tengamos ni que salir de casa para poder traer nuestra compra o productos al hogar.

Otro aspecto que también ha cambiado en los últimos años es la organización del trabajo tras la aparición e implantación del teletrabajo, que a priori nos aporta más libertad y capacidad de organizar nuestra propia jornada laboral según las necesidades que tengamos, este tipo de "libertad", era tan sólo conocida por unos pocos profesionales que o bien trabajaban para sí mismos, creándose sus horarios o para algunos artistas o bohemios que nos recordaban más bien a escenas propias de otro siglo.

No obstante, parece que la tecnología ha llegado para quedarse para bien o para mal, ¿y tú qué piensas? ¿crees que la tecnología nos ha beneficiado en general y de que somos afortunados de vivir en esta época, o bien consideras de que las desigualdades que ésta causa son demasiado grandes para ser obviadas y que lo que está por llegar no puede ser que peor?

Desde la medicina hasta la tecnología, pasando por la forma que tenemos de entender el trabajo hoy en día, la Inteligencia Artificial o IA ha llegado para quedarse y cambiar nuestras vidas ya de paso. Uno de los primero síntomas de este cambio tecnológico lo podemos encontrar en la reciente popularización de la llamada tecnología 5G, que permitirá que podamos estar conectados a todas horas y en todas partes, aumentando de tal modo nuestro ancho de banda y la velocidad en la transferencia de datos con un menor consumo de energía, que si tuviésemos que volver a tecnologías anteriores en este ámbito nos parecería como regresar a la edad de piedra.

Recomiendo echar un vistazo al siguiente artículo aparecido en el diario 20 minutos, con el título: 10 tendencias tecnológicas para 2020 en el que se da un repaso a las principales tendencias actuales y en el futuro en lo referente al futuro cambio tecnológico.

Parece ser que existe una tendencia constante desde hace años de ir camino de encontrar cómo la tecnología puede encajar en nuestro día a día y facilitarnos las tareas rutinarias. Del nombrado artículo, me llama la atención, por ejemplo, el fiasco que ha parecido ser la realidad virtual o VR (por sus siglas en inglés, Virtual Reality) por el hecho de que no haya podido finalmente copar el espacio que parecía destinada a ocupar, por otro lado, me sorprende de este punto que este concepto haya sido relegado por la realidad aumentada o AR que en vez de transportarte a un mundo paralelo, como sí que lo hace la realidad virtual, lo que hace es traerte objetos que no se encuentran en una sala a donde te encuentres, lo que conllevará avances en la medicina, las telecomunicaciones o el mundo arquitectónico.

Otro de los aspectos que me ha llamado la atención es el avance de la inteligencia artificial o AI (Artificial Intelligence) que fomentará el aprendizaje de tareas manuales o rutinarias por parte de las máquinas para que estas sean más eficientes, el llamado machine learning que sustituirá tareas de poco valor y que son repetitivas para que los trabajadores puedan dedicarse a otras tareas que aporten mayor valor tales como la creatividad, el diseño, la mejora de procesos, o la innovación; actividades que nunca podrán ser sustituidas por las máquinas.

Relacionado con la IA y ya en nuestros hogares, disponemos de los denominados dispositivos inteligentes que nos permiten un control total de lo que sucede en nuestras casas, controla que los electrodomésticos estén encendidos o apagados y vigila el acceso de las personas al hogar al retransmitir las cámaras de vigilancia en nuestros smartphones. El reto al que tiene que enfrentarse este tipo de dispositivos es al acceso no autorizado o hackeo de dichos aparatos.

Finalmente, y para terminar el último asunto que me ha llamado la atención de dicho artículo ha sido el auge del streaming que ya ha igualado en nuestro país al consumo de la TV en abierto.